“En la lucha contra las drogas, hemos tomado la ruta menos productiva, que es la violencia contra la violencia. La violencia nunca va a resolver la violencia”
(Vicente Fox Quesada, Quito, Ecuador, 27 de Octubre 2010)
Aunque no hay toda la certeza de que en el referéndum del próximo Martes 2 de Noviembre en el estado de California, se apruebe la Propuesta 19 que legalizaría el consumo de marihuana, es una oportunidad única para profundizar y reflexionar sobre éste tema en México.
De acuerdo al World Drug Report 2010 que hace la ONU, tenemos que la marihuana representa el 80 por ciento del consumo de drogas ilegales en los Estados Unidos. Los invito a leer detenidamente, secciones del interesantísimo trabajo que desarrollaron los investigadores Glenn Greenwald y Juan Carlos Hidalgo, ambos del prestigiado Instituto Cato.
3 de septiembre de 2010
Es imposible no establecer paralelos entre la experiencia de la Prohibición en EE.UU. con lo que actualmente se vive en dicho país y en nuestra región con la Guerra contra las Drogas. La prohibición de las drogas ha hecho del narcotráfico un negocio extremadamente lucrativo. Esto se debe a que el precio de una sustancia ilegal se determina más por el costo de la distribución que por el costo de la producción.
Por ejemplo, en el caso de la cocaína, el precio de la hoja de coca en el campo y lo que paga un consumidor en las calles estadounidenses por el polvo blanco aumenta en más 100 veces. Dependiendo de la droga, el 90 por ciento o más del precio minorista del estupefaciente corresponde a la prima generada por la prohibición.
Jorge Castañeda y Rubén Aguilar en su libro El Narco: La guerra fallida, ilustran cómo el precio de la cocaína va exponencialmente en aumento conforme se acerca a su destino final en EE.UU. De acuerdo a información recabada por los autores, el kilo de cocaína pura se vendía en Colombia a aproximadamente $1.600. Ese mismo kilo aumentaba su precio hasta $2.500 al llegar a Panamá. Una vez en la frontera norte de México ya costaba $13.000, y en EE.UU. aumentaría a $20.000. Luego, en las calles de las principales urbes estadounidenses, ese mismo kilo podría llegar a venderse al menudeo en $97.000.
Por esta razón, los márgenes de ganancia de los cárteles de la droga son enormes. De acuerdo a algunos estimados, una organización narcotraficante puede perder el 90 por ciento de su carga y aún así permanecer lucrativa. Según cifras de las Naciones Unidas, el comercio mundial de estupefacientes alcanza los $320.000 millones al año.
Es una guerra allá afuera
El más reciente estimado en México apunta a 28.000 asesinatos desde que el presidente Felipe Calderón declaró la guerra a los carteles de la droga en diciembre del 2006.
La mayoría de las víctimas son personas ligadas al negocio del narcotráfico, sin embargo la cantidad de civiles inocentes ultimados en tiroteos va en aumento.
Al igual que con la Prohibición hace 80 años, la guerra contra las drogas ha conducido a la producción de narcóticos potentes de baja calidad sanitaria, con efectos mortales sobre sus consumidores. Un estudio de James Ostrowski para el Cato Institute hace unos años encontró que el 80 por ciento de las muertes relacionadas al consumo de drogas son en realidad causadas por factores del mercado negro, como la ausencia de dosis estandarizadas de las sustancias.
¿Está funcionando?
A la hora de evaluar la guerra contra las drogas, la interrogante radica entonces en si todas estas vidas perdidas, dinero, violencia, corrupción y erosión de libertades civiles están al menos logrando el objetivo de frenar el consumo de drogas en la población. Para eso, basta con citar la primera oración del informe “Evaluación nacional de la amenaza de las drogas 2010” elaborado por el departamento de Justicia de EE.UU.: “En general, la disponibilidad de drogas ilícitas en EE.UU. está en aumento”.
¿Qué hacer entonces?
Claramente, el enfoque prohibicionista de la guerra contra las drogas ha fracasado. Y si bien el debate para un cambio de estrategia es prácticamente inexistente a nivel gubernamental en EE.UU., en otras regiones eso está cambiando.
La despenalización de las drogas funciona
por Glenn Greenwald
Glenn Greenwald escribe frecuentemente para la revista Salón, y es autor del estudio “Despenalización de las drogas en Portugal: Lecciones para crear una política de drogas justa y exitosa” (en inglés), publicado por el Cato Institute.
En noviembre los californianos votarán la Proposición 19, una iniciativa que busca legalizar la marihuana. Ya que ningún estado jamás ha tomado una medida similar, los votantes están siendo sometidos a una avalancha de aseveraciones que busca infundir temor —y que no se encuentra respaldada por la evidencia— sobre lo que sucedería si se aboliera la prohibición de las drogas. No debería ser así.
Hace diez años Portugal se convirtió en la primera nación occidental en aprobar una despenalización completa a nivel nacional. La ley, aprobada el 1 de octubre del 2000, abolió las sanciones criminales para todas los estupefacientes —no solo la marihuana, sino también “drogas duras” como la heroína y la cocaína. Esto aplica solamente a las drogas para consumo personal; el narcotráfico continúa siendo una ofensa criminal.
Hoy contamos con una década de evidencia empírica sobre lo que en realidad sucede —y lo que no ocurre— cuando se eliminan las sanciones criminales contra la posesión de drogas.
Los individuos que son detectados con drogas en Portugal ya no son arrestados o tratados como criminales. Se les envía en cambio a un tribunal de profesionales de salud donde se les ofrece la oportunidad, pero no se les obliga, a recibir un tratamiento brindado por el gobierno. Para aquellos que son adictos, los tribunales tienen el poder de imponer sanciones civiles. Pero en la práctica, el objetivo general es dirigir a las personas hacia un tratamiento.
De acuerdo a cualquier indicador, la experiencia de Portugal con la despenalización de las drogas ha sido un éxito rotundo. El consumo de drogas en muchas categorías ha disminuido en términos absolutos, incluyendo para grupos demográficos importantes, como el de personas entre los 15 y 19 años. Donde las tasas de consumo han subido, los aumentos han sido modestos —mucho menor a los registrados en otras naciones de la Unión Europea, las cuales insisten en una política de penalización.
Portugal, que tenía uno de los problemas de drogas más graves en Europa, ahora tiene la tasa de consumo de marihuana más baja del continente, y una de las más bajas para cocaína. Todas las otras patologías relacionadas con las drogas, incluyendo el contagio de HIV, hepatitis y las muertes por sobredosis, han disminuido considerablemente.
Más allá de la evidencia, el éxito de Portugal con la despenalización queda patente por la ausencia de iniciativas políticas tendientes a reinstaurar la penalización. Tal y como uno esperaría de un país conservador y mayoritariamente católico, la propuesta de despenalización desató una intensa controversia hace una década. Muchos políticos vaticinaron consecuencias terribles, incluyendo aumentos masivos en el consumo de drogas entre los jóvenes y la transformación de Lisboa en un “paraíso de drogas para los turistas”.
Sin embargo, ninguno de esos temibles escenarios tuvo lugar. Los portugueses, capaces de comparar los serios problemas de drogas que tenían en los noventa con la muy mejorada situación de ahora, no tienen deseos de volver a los tiempos de la penalización. Tampoco hay políticos influyentes que lo estén proponiendo. La despenalización se volvió políticamente viable cuando el parlamento portugués conformó una comisión de expertos apolíticos con la tarea de determinar cómo el país podía lidiar de manera más efectiva con sus cada vez más graves problemas de drogas. La comisión determinó que la despenalización era la mejor política para reducir los daños relacionados con los estupefacientes. Lo ocurrido hasta ahora ha demostrado la sabiduría de dicha recomendación.
Podría parecer contra-intuitivo que la despenalización pudiera mejorar los problemas de drogas. Pero los funcionarios de narcóticos portugueses, con una década de experiencia con esta política, entienden las razones por las que se da esta relación causal.
Primero, cuando un gobierno amenaza con convertir a los consumidores de drogas en criminales, una barrera de miedo se erige entre los funcionarios y la ciudadanía, lo cual da al traste con un tratamiento efectivo y socava las campañas de educación. El principal funcionario de narcóticos de Portugal ha dicho que el estigma creado por la penalización del consumo de drogas y el temor al Estado eran los factores que más obstaculizaban la educación efectiva y los programas de tratamiento durante la década de los noventa.
Segundo, tratar una adicción a las drogas como un problema de salud y no como un crimen significa que se pueden encontrar las soluciones adecuadas. Si el objetivo es que los adictos dejen de consumir drogas, la terapia es una estrategia mucho más efectiva que el encarcelamiento. Tercero, cuando el Estado ya no gasta exorbitantes cantidades de dinero en arrestar, enjuiciar y encarcelar a los consumidores de drogas, ese dinero puede utilizarse en programas de tratamiento altamente efectivos o en servicios como clínicas de metadona para limitar los daños relacionados con las drogas.
Cualquiera que sean las opiniones sobre liberalizar las leyes de drogas, el debate debe basarse en la evidencia empírica —no en la especulación y en aseveraciones que pretenden infundir miedo. Ahora que los votantes de California toman una decisión de gran repercusión sobre la política de drogas, la experiencia de Portugal con la despenalización ofrece exactamente el tipo de análisis racional que ha brillado por su ausencia en este debate.
Este artículo fue publicado originalmente en The Político (EE.UU.) el 14 de octubre de 2010.
La experiencia de Portugal demuestra que hay ejemplos sensibles en política sobre drogas. Sin embargo la despenalización, si bien es un paso en la dirección correcta, no elimina el mercado negro en la producción y comercialización de las drogas. Eso sólo lo logra la legalización.
Al legalizar las drogas, los gobiernos obtienen más control sobre el mercado de estupefacientes al poder regular y gravar la producción y venta de los narcóticos, como actualmente ocurre con el tabaco y el alcohol.
El dinero derivado de los impuestos sobre las drogas les permitiría a los gobiernos brindarles tratamiento a los adictos. Al igual que con la despenalización, la legalización permitiría enfrentar de mejor manera el flagelo de la drogadicción al remover el estigma criminal de los adictos y tratarlos como pacientes.
Sin embargo, la mayor ventaja de la legalización es que ahuyentaría en gran medida a los elementos criminales del negocio de las drogas, disminuyendo, sino eliminando del todo, la violencia, el crimen y la corrupción asociados con la prohibición.
Ningún proponente de la legalización ha dicho que ésta sea una panacea. Sin embargo, sí es substancialmente mejor que el fracaso patente de la guerra contra las drogas. La legalización no es una solución al “problema de las drogas”. La drogadicción continuará siendo un flagelo.
Pero así como la prohibición del alcohol resultó ser un enfoque equivocado al problema del alcoholismo, de igual forma la guerra contra las drogas ha sido un enfoque e-rcia relacionada al narcotráfico. El más reciente estimado en México apunta a 28.000 asesinatos desde que el presidente Felipe Calderón declaró la guerra a los carteles de la droga en diciembre del 2006. La mayoría de las víctimas son personas ligadas al negocio del narcotráfico, sin embargo la cantidad de civiles inocentes ultimados en tiroteos va en aumento.
Estimado Vicente,
ResponderEliminarHace un mes estuve en Europa y allá hice buenas amistades, entre ellos dos familias de Holandeses. Ellos defendían la postura de legalizar las drogas suaves (Como marihuana) y sus argumentos eran exactamente los que estás incluyendo en tu comentario. A la persona dependiente es más fácil identificarla y ayudarla, cuando lo ves como un enfermo y no como una persona que ataca la sociedad...ante eso no hay argumento válido...efectivamente hoy en dia aqui en Mexico al drogadicto se le pone una barrera dificilmente franqueable y es casi imposible que realmente pueda contar con un apoyo real y efectivo. Pero...realmente es efectivo el legalizar una sustancia tóxica? como hay drogadictos vamos a legalizarlo??, así como hay abortos...los legalizamos???, bueno tambien hay otras muchas cosas...¿¿vamos a liegalizarlas?? está bien, hay gente que se queda sin trabajo y se pone a robar...¿lo legalizamos para que se acabe??, carezco de información confiable, pero tengo entendido que en algunos paises orientales, las penas por narcotrafico y drogadicción son sumamente severas y que precisamente en esos lugares, los problemas de narcotrafico y dependencia son prácticamente nulos. ¿sera cierto?
Disculpa que nuevamente me oponga a la legalizacion de la droga, pero estoy en contra de que cualquier comprotamiento o hecho que dañe a la vida y a la dignidad humana sea "legalizado". me da miedo. Si en la Alemania Nazi, era legal quitarle sus bienes a otras etnias (Judios) y apresarlos..¿era correcto?, si hoy en Mexico es legal el aborto...¿es correcto?
Saludos y te agradezco que sigas de alguna manera promoviendo el desarrollo de este pais, aunque en este punto no este deacuerdo contigo.
Eduardo Montelongo
El comentario de arriba, está mezclando las cosas y los temas.
ResponderEliminarSon cuestiones diferentes, muy distintas el aborto, y el consumo de sustancias (tóxicas). El argumento de: "porque hay drogadictos entonces legalizamos la droga" es una falacia. No se legaliza las drogas porque hay drogadictos. Se legalizan las drogas, es decir y para hablar con términos correctos, se legaliza el consumo personal y deja de ser delito el consumo personal, porque está demostrado que perseguir y encarcelar a los adictos y consumidores es ineficaz para combatir el narcotráfico. Es un gasto de recursos de toda índole, y las acciones policíacas contra los consumidores, más que acercarlos al estado, a los hospítales, a las terapias de ayuda, los auyenta. Promoviéndose así la marginalidad.
Se encara el problema desde otra óptica. El consumidor deja de ser un delincuente y pasa a ser un enfermo, alguien que necesita ayuda. Pero de ninguna manera la ley será punitiva sobre el.
La sustancia de inicio en la mayoría de los casos es el alcohol. Es el alcohol a lo que los adolescentes acceden primero junto con el tabaco.
El daño a la vida y a la dignidad humana es tan subjetivo que no se puede legislar en este caso. Uno puede encontrar un adicto que se niegue a ser tratado. Que está en una etapa en la que no quiere dejar las drogas. Es su decisión personal e individual de la que el será responsable. No puede y no debe existir un estado paternalista que nos diga que está bien y que está mal todo el tiempo. Ni que prohiba lo que a todas luces son decisiones personales e individuales. Está mal que el estado me diga que debo consumir, sea sustancias psicoactivas o hamburguesas grasosas o quesadillas. El respeto a la libertad individual debe ser la piedra angular de la ley. Y el individuo en reconocimiento a su libertad individual debe ejercer la responsabilidad y hacerse cargo de sus acciones.
No es razonable que el estado ande por ahi fisgoneando a ver quien fuma, quien toma, quien fornica. No es función del estado hacer de padre de sus ciudadanos.
Por último un estado que somete a sus ciudadanos a un control de su conducta personal para subordinarla a una ley que propugna un bien colectivo superior, es un estado fascista. El control de las actividades personales de los ciudadanos(sea cuales fueren) está más cerca del Nazismo y del Fascismo.
Mi lamento es por aquellos que murieron porque un montón de leguleyos legisladores se les ocurrión que era moral perseguir a consumidores de sustancias. Por todos aquellos que se dejaron tentar por la moral puritana estadounidense.
Sr. Vicente Fox !! Que pasa si consideramos un aumento en el consumo de la marihuana!
ResponderEliminarHay que considerar ese gasto como muy importante! si estamos promoviendo el uso controlado de la marihuana hay mas jóvenes que necesitarán tratamientos médicos. desde mi punto de vista es mas fácil prevenir que esos mismos jóvenes entren en el circulo a tener que quitarles el vicio.
Y si consideramos permitir el uso controlado, con una estrategia eficiente, NO TENDRIAMOS PRIMERO QUE: tener mayor oferta educativa, generar mas fuentes de trabajo (ojo, que no digo empleos, pueden ser proyectos productivos para toda una comunidad) e infraestructura médica.
Ahora falta mencionar la experiencia que tienen los países europeos que se enfrentan a un aumento del consumo en lugar de lo que tenia esperado. Se le ha salido un poco de control. Aquí en México no tenemos la infraestructura Medica para soportar todavía de los enfermos, a los viciosos!!
Por tanto!! Sr. Fox! cuales serían sus estrategias de planeación? No cree que primero habría que pensar en la infraestructura que tiene que soportar el gobierno y la sociedad para poder salir avante de esta propuesta de manejo controlado de la marihuana ?
Por favor, le agradeceré infinitamente conteste mis comentarios. Yo seré un participante activo con quien se pueda debatir de manera respetuosa. Porque no apruebo los insultos y las faltas de respeto.
Rafael Salgado Arreguín. encuentreme en el Facebook !
Estimado Eduardo :
ResponderEliminarEn éste espacio lo importante es participar,por lo tanto celebro que lo hayas hecho,aún cuando no estes de acuerdo.
Mi objetivo ésta semana es invitarlos a que se enteren ,de la experiencia que ha vivido el país de Portugal,creo que debemos estudiarlo, y no tener temor en proponer nuevas rutas para México.
Recibe un afectuoso saludo.
Sr. Presidente Fox
ResponderEliminarCoincido completamente con usted sobre la legalización del narcotráfico, ya que es urgente modificar nuestras leyes y ponerlas al día con los problemas que tenemos.
La legalización genera muchas ventajas entre ellas:
1. La más importante es que les hurta el poder económico a las mafias de criminales, ya que les quita la exclusividad que actualmente gozan.
2. Las empresas que se dediquen a distribuir las drogas deberán tener muchos requisitos, entre ellos pagar impuestos.
3. La cantidad de adictos no aumentaría porque ya no habría vendedores en las calles ofreciendo drogas ya que dejaría de ser negocio, actualmente les da muchas ganancias debido a la exclusividad que tienen. Ya no se arriesgarían a vender en las calles porque las ganancias serian menores y seguiría siendo delito vender sin permiso.
4. La policía se dedicaría al combate de otros delitos como secuestro u homicidio mas eficazmente
5. Reducción de muertes por luchas de plazas.
Sr. Presidente Fox necesitamos una voz en el congreso para abrir el debate nacional, es urgente poner a nuestro país de acuerdo a nuestro tiempo, ¿cuantas muertes mas necesitan pasar para que nos demos cuenta de ello?
Que Dios lo bendiga y siga en la lucha.
Buen día Sr. Ex. Presidente Fox:
ResponderEliminarQuiero comenzar mi comentario con una frase que se me viene a la mente al discutir un tema tan polémico.
"Lo contrario de una verdad trivial, es un error estúpido, pero el contrario de una verdad profunda, es siempre otra verdad profunda" N. Bhor.
La frase anterior para demostrar que en un tema así, no existe una verdad absoluta, sin embargo, en un supuesto caso de la legalización de las drogas es necesario tomar en cuenta, algunos de los puntos que expondré a continuación.
El primer punto que hay que tomar en cuenta es que la legalización total del uso y comercialización de los narcóticos debe ser de estricta competencia del estado, es decir, que la comercialización de narcóticos debe ser solo competencia del Estado Mexicano.
Los criminales que se persiguen en esta guerra deberán seguir siendo perseguidos por delitos como asesinatos, contrabando de armas etc. cometidos en el pasado, e incluso, por comercialización de narcóticos en caso supuesto de legalización, pues ésta actividad debe ser exclusiva del gobierno. No sería justo desde ningún punto de vista, que estas personas lleguen a ser, tras la legalización de los narcóticos, respetados empresarios.
A su vez, con el dinero producido por la venta de narcóticos, bajo un estricto control del estado, reitero, éste debe de destinar dichos recursos como usted bien señala a programas de apoyo para que por voluntad propia, los adictos sean tratados, pero además, se debe priorizar estos recursos a campañas educativas serias que informen cabalmente de los daños físicos y psicológicos que dichos narcóticos ocasionan en las personas, y de esta manera tratar de reducir el consumo inicial en los jóvenes y niños.
Si bien esto reducirá considerablemente los costos de los narcóticos para los consumidores, difícilmente se terminará por completo con el tráfico de narcóticos pues, muy probablemente seguirán comercializándolos a precios que, aunque suene extraño en este rubro, resulten más atractivos para los consumidores pues como usted lo dice, el precio de producción es infinitamente menor al precio de venta. Así que deberá seguir existiendo un extremo control del estado sobre éste fenómeno probablemente presentable en supuesto caso en que las drogas sean legalizadas en consumo y comercialización.
Sin embargo, para que suceda lo anterior, debe ser discutido plenamente, no sólo por diputados y senadores que generalmente carecen de la experiencia para tratar temas tan especializados. Creo que debe de haber un consejo que discuta el tema formado por sociólogos, psicólogos, médicos, especialistas en adicciones, economistas etc. Y que dicho consejo o comisión de un veredicto al respecto. Pues desgraciadamente los legisladores mexicanos se dejan guiar más por los juicios de valor emitidos sin responsabilidad ni evidencia, que por los hechos mismos, como usted bien lo menciona.
ResponderEliminarNo queremos que suceda lo que pasó cuando se legisló sobre el espectro televisivo, en el que un montón de diputados no sabían absolutamente nada de lo que se estaba legislando. Es importante tener a gente experta en diversos temas, es por eso que comentaba lo de los sociólogos y estudiosos en particular de la sociedad mexicana, porque ésta es tan compleja y única, que no se puede asumir que lo que ha funcionado en otros países funcionará para México. Los mexicanos tenemos otras costumbres e ideas y esto debe sin duda, ser valorado cautelosamente para evitar que se nos salga el tiro por la culata.
Ahora bien, un punto que también debe ser valorado es, qué tan conveniente será una legislación de este tipo, teniendo en cuenta que de vecino tenemos al consumidor número uno de drogas en el mundo, pues, no es novedad ni invención, que la legalización de drogas terminará con las ganancias multimillonarias de personas altamente influyentes en los Estados Unidos y en México, a las que por razones comentadas por usted mismo (con relación al precio final del producto), intentarán frenar a como dé lugar la legalización de narcóticos. Incluso puedo imaginar que lo harán disfrazándola de inmoral y contraria a la peculiar idiosincrasia estadounidense.
Lo anterior es bastante grave porque, un desagrado estadounidense de ésta índole, puede costarle a México lo que le ha costado a algunos países que osaron ir en contra de sus intereses; precios altísimos que han ido desde presiones económicas tremendas hasta intervenciones militares.
Ahora bien, es ingenuo pensar que la legalización de drogas, por muy bien que ésta resulte, terminará con los problemas graves que México vive hoy en día, los delincuentes, acostumbrados a cuantiosas ganancias que por este medio dejarán de tener, buscarán alternativas para mantener la vida a la cual están acostumbrados.
Secuestro, extorsión etc, han sido en buena parte alentados por los golpes que ha dado el gobierno del Presidente Calderón a los cárteles de la droga y un golpe de ésta categoría (legalización de narcóticos) pegará fuertemente en sus bolsillos, más no en su consciencia.
Por lo tanto, se tiene que pensar también en una solución más general, una solución a largo plazo, que como por arte de magia termine con muchos de los problemas del país. No es difícil darse cuenta a qué me refiero. Esto es sin duda, la EDUCACIÓN, en toda la extensión de la palabra. Pero para esto, hay que luchar con otro terrible cáncer de México, el cáncer de la incompetencia de una líder sindical y de muchos integrantes de éste sindicato.
Apreciaría su retroalimentación Sr. Ex Presidente.
Jorgear_3@hotmail.com
Sin embargo, para que suceda lo anterior, debe ser discutido plenamente, no sólo por diputados y senadores que generalmente carecen de la experiencia para tratar temas tan especializados. Creo que debe de haber un consejo que discuta el tema formado por sociólogos, psicólogos, médicos, especialistas en adicciones, economistas etc. Y que dicho consejo o comisión de un veredicto al respecto. Pues desgraciadamente los legisladores mexicanos se dejan guiar más por los juicios de valor emitidos sin responsabilidad ni evidencia, que por los hechos mismos, como usted bien lo menciona.
ResponderEliminarNo queremos que suceda lo que pasó cuando se legisló sobre el espectro televisivo, en el que un montón de diputados no sabían absolutamente nada de lo que se estaba legislando. Es importante tener a gente experta en diversos temas, es por eso que comentaba lo de los sociólogos y estudiosos en particular de la sociedad mexicana, porque ésta es tan compleja y única, que no se puede asumir que lo que ha funcionado en otros países funcionará para México. Los mexicanos tenemos otras costumbres e ideas y esto debe sin duda, ser valorado cautelosamente para evitar que se nos salga el tiro por la culata.
Ahora bien, un punto que también debe ser valorado es, qué tan conveniente será una legislación de este tipo, teniendo en cuenta que de vecino tenemos al consumidor número uno de drogas en el mundo, pues, no es novedad ni invención, que la legalización de drogas terminará con las ganancias multimillonarias de personas altamente influyentes en los Estados Unidos y en México, a las que por razones comentadas por usted mismo (con relación al precio final del producto), intentarán frenar a como dé lugar la legalización de narcóticos. Incluso puedo imaginar que lo harán disfrazándola de inmoral y contraria a la peculiar idiosincrasia estadounidense.
Lo anterior es bastante grave porque, un desagrado estadounidense de ésta índole, puede costarle a México lo que le ha costado a algunos países que osaron ir en contra de sus intereses; precios altísimos que han ido desde presiones económicas tremendas hasta intervenciones militares.
Ahora bien, es ingenuo pensar que la legalización de drogas, por muy bien que ésta resulte, terminará con los problemas graves que México vive hoy en día, los delincuentes, acostumbrados a cuantiosas ganancias que por este medio dejarán de tener, buscarán alternativas para mantener la vida a la cual están acostumbrados.
Secuestro, extorsión etc, han sido en buena parte alentados por los golpes que ha dado el gobierno del Presidente Calderón a los cárteles de la droga y un golpe de ésta categoría (legalización de narcóticos) pegará fuertemente en sus bolsillos, más no en su consciencia.
Por lo tanto, se tiene que pensar también en una solución más general, una solución a largo plazo, que como por arte de magia termine con muchos de los problemas del país. No es difícil darse cuenta a qué me refiero. Esto es sin duda, la EDUCACIÓN, en toda la extensión de la palabra. Pero para esto, hay que luchar con otro terrible cáncer de México, el cáncer de la incompetencia de una líder sindical y de muchos integrantes de éste sindicato.
Apreciaría su retroalimentación Sr. Ex Presidente.
Jorgear_3@hotmail.com
eres un estupido fox
ResponderEliminarSeñor Fox , este es un dicho de Guanajuato, y va dirigido a us, perro que no come caca cuando no la come la huele, por favor ya calle su hocico .
ResponderEliminarEstimado Lic. Fox:
ResponderEliminarSu artículo es magnífico, lo felicito por su análisis y conclusiones; ojalá sirva de referencia para que en el país se inicie pronto un debate analítico sobre este tema.
Y reciba también el respaldo de todos los mexicanos que reconocemos su invaluable labor al frente del gobierno de nuestro país y ahora en el Centro Fox. Su entusiasmo y compromiso por contribuir a un México cada vez mejor, son ejemplares.
Son lamentables los cobardes comentarios que en la sombra del anonimato se publican y es increíble que estas personas no sean capaces de reconocer una apertura y honestidad que muy, muy pocos sitios de íntercambio público de información ofrecen.
Un fuerte abrazo para Ud. y toda su familia.
hola chato como va mexico
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