UNA MIRADA A DOSCIENTOS AÑOS, REFLEXIÓN OBLIGADA

“Entrada del Ejército
Independiente a Guanajuato
y Toma de este Edificio”
28 de Septiembre de 1810

(Placa de mármol, colocada en la Alhóndiga de Granaditas, Guanajuato, Guanajuato)

Todavía recuerdo con mucha emoción la primera vez que tuve el honor de dar el grito, conmemorando la celebración del inicio de nuestra independencia, fue el 15 de Septiembre de 1996 como gobernador de mi estado de Guanajuato acompañado de mis hijos, en la histórica Alhóndiga de Granaditas. En aquel tiempo, la ceremonia en Dolores Hidalgo la encabezaba un representante del Presidente de la república; cuando estuve en la presidencia cambié esa disposición, para que el gobernador de Guanajuato presidiera la ceremonia tradicional del grito, dejando para el sexto año la cortesía, para que el presidente de la república pudiese estar en la cuna de la independencia al frente de esta bella tradición.

Recuerdo que cuando emprendí la gran cruzada que culminaría aquel dos de Julio del año 2000, parte fundamental de mi inspiración fue Hidalgo, Allende y todos estos grandes personajes insurgentes, fundadores de nuestra patria. Hoy a doscientos años de iniciada esta gran justa, me pregunto, haciendo un ejercicio de imaginación en la línea del tiempo, ¿ Qué diría el Cura Hidalgo del México de hoy ?¿Cómo nos vería a los mexicanos de esta época?

Seguramente en 1810, pocas personas veían posible que iniciara un movimiento independentista y las esperanzas que albergaban de que este triunfara eran raquíticas. Nuestra patria nació después de una prolongada e intensa lucha, con una sociedad dividida con profundas pugnas, con una economía prácticamente destrozada y sin movimiento alguno, con un gobierno desorganizado, además nos convertimos en un bocado apetitoso para ser invadidos por parte de las grandes potencias de esa época, debido a nuestras riquezas.

Hidalgo como el hombre inquieto, apasionado y de vanguardia que era, seguramente nos preguntaría, me preguntaría por lo qué ha pasado en estos doscientos años y el estado en que se encuentra esta patria, de la que él alcanzó sólo a ver su contorno de esperanza.

Le diría en primer lugar, que estos doscientos años, abarcan un período muy vasto, pleno en acontecimientos históricos, cambios, adelantos y también grandes rezagos. En primer término le haría patente mi reconocimiento, enorme admiración y cariño por él, padre de la patria, también por Allende, Josefa Ortiz “La Corregidora”, Aldama, Mina, Morelos y tantos otros, hombres y mujeres que dieron su talento, entrega y muchos la vida misma, incluso le hablaría de la labor de Iturbide, no hay que olvidar que él consumó la Independencia. También le participaría de mi admiración por los que, cien años después lucharon desde diferentes trincheras por los ideales de justicia y libertad en la Revolución, principalmente por el Presidente Madero, quien siempre creyó en la democracia y tantos otros personajes ilustres como Zapata, Villa y José Vasconcelos.

Le comentaría que prácticamente todo el siglo XIX, estuvo en agitación, casi en estado guerra permanente o por lo menos con una guerra civil en marcha.Después tuvimos una larga dictadura, en donde hubo ciertos avances innegables, sin embargo éramos un país dividido y plagado de injusticias, lo que provocó la llegada democrática de Madero y posteriormente la Revolución.

Fue muy importante, tener nuestra Constitución en 1917, posteriormente vivimos 7 décadas con cierta estabilidad, pero con un control absoluto por parte del gobierno, sin democracia, con altísima corrupción, sin libertad de prensa, con crecimiento y expansión de las ciudades, pero con una profundización y crecimiento de la pobreza lacerante, y aunque en los sesentas hubo cierta disminución de la misma, volvió a deteriorarse en la década de los ochentas, en donde precisamente se gestaron los cambios económicos mundiales, cuyo hecho más visible en nuestro país fue la entrada en vigor del TLC, con los Estados Unidos y el Canadá.

Continuaría hablándole de los movimientos del 68, 88 y 97, en nuestro país que lograron sembrar fuertes raíces, que culminaron en el movimiento democrático del año 2000 que tuve el privilegio de encabezar, con mi partido, otros institutos políticos y principalmente con la Sociedad. Le mostraría que de acuerdo a los datos duros en este período, el país adelanto en salud, estabilidad económica, disminución de la pobreza, construcción de vivienda, exportaciones agroindustriales, saneamiento y fortaleza de los organismos financieros, entre otros temas, desafortunadamente con la gran crisis financiera mundial y posteriormente económica a partir del año 2007 , muchos de estos rubros han retrocedido , en nuestro país. Finalmente le diría que hoy en día uno de los grandes retos es el combate a la inseguridad y al crimen organizado, que ya ha afectado los otros flancos del país, y sobre el cual estoy convencido de la necesidad de un cambio de estrategia.

Ya entrados en la plática, con el asombro y admiración que un niño le profesa a sus ídolos, le pediría me concediera el honor de compartirle mi visión, sueño y propuestas para el país que amo, que a continuación, con el propósito de hacer una autoreflexión, comparto contigo.

En México es indispensable un gran acuerdo político, que involucre a todos o por lo menos a los principales partidos y sobre todo a la sociedad, acompañando a este gran acuerdo requerimos de una reforma política que le permita al gobierno en turno, la operatividad, la gobernabilidad y dar los resultados esperados. Se requiere también, que la Sociedad participe en forma coordinada y ordenada, que no se pierdan los esfuerzos en la nada.

Debemos anteponer el interés superior de la nación, a los intereses particulares, necesitamos liderazgos con visión de estadista, ver mucho más allá de lo electoral y del corto plazo. Nos urge volver al Humanismo Político, poner a la Persona en el centro de nuestras decisiones, este Humanismo está muy por encima de la geografía política de las derechas, izquierda y el centro, es actuar con ética, respeto a la dignidad de la persona y, subsidiariamente en todas nuestras decisiones y acciones.

Evidentemente nos ha faltado un desarrollo integral en la nación, para lograr esto, una condición indispensable es que nuestra economía crezca a tasas de por lo menos el 5% anual, en forma constante, si no tenemos un crecimiento económico sostenido, no tenemos posibilidad alguna de que tengamos en México movilidad social, mejor distribución del ingreso y por ende mejor nivel de vida. Como consecuencia de no tener un crecimiento económico sostenido y, un desarrollo, tenemos capas de la población que difícilmente ejercen sus plenos derechos democráticos, esto es, que es tal su grado de necesidad, que fácilmente pueden canjear un voto y el derecho a ejercerlo, por un saco de material o un techo. Está claro que este factor contribuye a la desilusión, por tener una Democracia Ineficaz.

Finalmente le diría conmovido que sueño y seguiré luchando toda mi vida por un México plenamente democrático, pero con una democracia eficaz, dando resultados. Un México en el que su economía crezca sostenidamente a tasas lo suficientemente altas para lograr crecimiento económico, desarrollo, movilidad social, bienestar generalizado, y una amplía clase media, una población viviendo intensamente,feliz,orgullosa,con un alto sentido de pertenencia, segura en todos sentidos, disfrutando del crecimiento y desarrollo de sus hijos, con tiempo suficiente para disfrutar la familia y el ocio bien aprovechado en actividades artísticas y deportivas, con aspiraciones superiores, ejerciendo su liderazgo.

Un México de cultura basta y profunda, en donde encontremos, sabiduría del pasado, valor del presente y visión de futuro. Un México en donde cada niño, tenga la oportunidad de una excelente educación, viva su infancia intensamente, con amor, con alegría. Un México en donde nuestros viejos, vivan, sin carencias, ni angustias, que disfruten con la paz y tranquilidad que se merecen. Tenemos ya un camino andado, por eso sigo creyendo que este país de mi sueños, es un México que podemos hacer realidad.