“MÉXICO EN EL SIGLO XXI”

“El hombre es más duro que el hierro, más fuerte que la piedra, y más frágil que una rosa. Los animales se reconocen entre sí olfateándose, los hombres se entienden entre sí dialogando.”
(Proverbios Turcos)

Después de haber hecho una reflexión sobre estos doscientos años en mi último artículo, dentro del marco del bicentenario del inicio de nuestra Independencia, me parecía un ejercicio obligado compartir con ustedes, cómo veo a mi país en este momento, haciendo un análisis de algunos de los principales retos que enfrentamos, así como algunas propuestas y planteamientos que veo como imprescindibles ,sí es que queremos un México no solo orgulloso de su pasado y raíces, sino también inserto de lleno en este siglo XXI,en el cual no debemos dejar que la frustración y el desanimo, maten nuestra esperanza.

Nos ha faltado un desarrollo integral en la nación, para lograr esto, una condición indispensable es que nuestra economía crezca a tasas de por lo menos el 5% anual, en forma constante, si no tenemos un crecimiento económico sostenido, no tenemos posibilidad alguna de que tengamos en México movilidad social, mejor distribución del ingreso y por ende mejor nivel de vida.

Como consecuencia de no tener un crecimiento económico sostenido y, un desarrollo, tenemos capas de la población que difícilmente ejercen sus plenos derechos democráticos, esto es, que es tal su grado de necesidad, que fácilmente pueden canjear un voto y el derecho a ejercerlo, por una despensa o un juego de vasos. Está claro que este factor contribuye a la desilusión, por tener una Democracia Ineficaz.

El fin último de la economía debe ser el desarrollo humano, para el crecimiento económico es indispensable la formula sector público-sector privado. Por primera vez en 10 años, México salió del grupo de los 20 países con mayor inversión extranjera, según lo informó la Conferencia de Naciones Unidas (UNCTAD), ya no somos ,por otro lado, la economía más fuerte de Latinoamérica como en el 2003, ahora Brasil nos ha desplazado.

En la última evaluación del Foro Económico Mundial (WEF ,siglas en inglés),México ocupo el lugar 66 en el Índice Global de Competitividad 2010-2011,teniendo un retroceso de seis lugares respecto al sitio 60 que se obtuvo en el 2009, con la misma calificación de 4.2. Sí tomamos sólo los países latinoamericanos, estamos en la octava posición, superados por Chile, Puerto Rico, Brasil, Barbados, Panamá y Costa Rica e incluso por primera vez Uruguay.

Las dos variables más pobremente evaluadas de México fueron, la eficiencia del mercado laboral (Ley Laboral) y el referente a las instituciones, en el cual el indicador que evalúa lo concerniente al crimen organizado nos ubica en el lugar 136,casi al fondo de la tabla, sólo están peor evaluados,Colombia,Guatemala y el Salvador. Esto significa que cada día más países, siguen ganándonos posiciones en la escala global de la competitividad.

En nuestro período logramos revertir el número de personas en situación de pobreza alimentaria que hasta 1996 era de 34 millones 700 mil, pasando en el 2006 a ser 14 millones 400 mil, una reducción muy importante en diez años, hoy esta cifra se ha incrementado en 5 millones, pasando a tener ahora a 19 millones 500 mil mexicanos en situación de pobreza alimentaria, que forman parte de los 50 millones de mexicanos en situación de pobreza general.

La estructura fiscal de México es débil, no es posible que sólo tengamos el 11% de recaudación fiscal sobre el PIB,no es viable un desarrollo integral de esta manera, además de que arrastramos con la gran dependencia de los ingresos petroleros. Tenemos una gobernabilidad muy limitada, cualquier gobierno en turno independientemente del partido político de origen, se va a topar con un sistema político que resta operatividad, esta es una de las causas, sin lugar dudas, que provoca que tengamos resultados pobres e incluso desilusión de la democracia.

Por otro lado como ya lo decíamos hace unas semanas, el costo de la lucha contra el crimen organizado en especial la que se libra con el narcotráfico, ha sido enorme para nuestro país, en primer término por las 28 mil vidas perdidas. La magnitud del daño, se ha extendido también como ya lo hemos visto reflejado, en la percepción e imagen del país, la actividad económica, el turismo y la inversión extranjera.

Nos guste o no, con los Estados Unidos de Norteamérica tenemos la relación más intensa e importante en comercio internacional, turismo, transacciones fronterizas, migración e inversión extranjera, entre otros factores. Hoy en su agenda con México, los Estados Unidos le dan prioridad a el tema de seguridad y narcotráfico, en un lugar secundario ubican a la migración, incluso tratan el asunto como tema de seguridad interna, no como un asunto bilateral fundamental, en donde en lugar de vernos como aliados estratégicos, nos ven como delincuentes, esto es evidente con iniciativas tan aberrantes y violatorias de los Derechos Humanos, como lo es la Ley SB1070;finalmente han pasado a un tercer lugar de la agenda, lo relativo a la economía y el TLC.

Podría continuar haciendo un diagnóstico detallado de muchos aspectos, sin embargo ustedes los conocen ,creo que es más importante pasar a comentarles, sobre algunas de las propuestas que considero más importantes.
Lo primero que necesitamos ya en México, es un gran acuerdo político, que involucre a todos o por lo menos a los principales partidos políticos y sobre todo a la sociedad, acompañando a este gran acuerdo requerimos de una reforma política que le permita al gobierno en turno, la operatividad, la gobernabilidad y dar los resultados esperados. Se requiere también, que la Sociedad participe en forma coordinada y ordenada, que no se pierdan los esfuerzos en la nada.

Debemos anteponer el interés superior de la nación, a los intereses particulares, necesitamos liderazgos con visión de estadista, ver mucho más allá de lo electoral y del corto plazo. Coincido con lo que han venido planteando en estos últimos meses, Jorge Castañeda y Héctor Aguilar Camín, en cuanto a que esta reforma política, debe por lo menos lograr tres objetivos, que son : 1).-Producir mayorías claras, para esto hay instrumentos como lo es la segunda vuelta electoral,2).-Otorgar mayor poder a los votantes, a través de instrumentos como la reelección de alcaldes y legisladores, así como las candidaturas independientes, y el 3).-Otorgarle mayor gobernabilidad y margen de maniobra al poder ejecutivo, a través de figuras como el referéndum.

Necesitamos urgentemente una reforma hacendaria profunda, que privilegie gravar el consumo en lugar del ingreso, como sucede en casi todos los países del mundo, sólo basta ver a Chile, en donde tienen una IVA generalizado del 19%,y un impuesto sobre el ingreso con una tasa menor, creo sin falsa modestia, que la iniciativa que propusimos cuando tuve el honor de servirles en la presidencia, tenía esas bases, desafortunadamente intereses mezquinos la rechazaron, incluso aquella iniciativa proponía un subsidio (“regresarles el apoyo copeteado”),para compensar el carácter regresivo del impuesto en las familias de ingresos más bajos. Muy de la mano de la reforma fiscal, esta la necesidad de la energética, que también en su momento planteamos. Sin otorgar la propiedad de nuestro petróleo en el subsuelo, es urgente permitir la inversión privada en exploración y refinación, es increíble que por ejemplo Bolivia y Perú así lo tengan, ya no se diga la ventaja que nos lleva Brasil.

Ya vimos que uno de los indicadores peor ubicados dentro de las mediciones mundiales de competitividad, es el que tiene que ver con la eficiencia del mercado laboral, nos urge una reforma que sin perder sus derechos los trabajadores, flexibilize la Ley actual. En mi opinión, como lo puedes consultar en esta misma página, requerimos de un cambio de estrategia en la lucha contra el crimen organizado, especialmente en el que tiene que ver con el narcotráfico, en donde destaco principalmente, la propuestas de, regresar al ejército a los cuarteles, la constitución de la policía nacional única, la elección ciudadana de los mandos policiacos, y la legalización de la producción y distribución de todas las drogas, para romper los enormes márgenes de ganancia económica de las mafias.

Por otro lado, tenemos que replantear inteligentemente nuestra agenda con los Estados Unidos, debemos devolver a la posibilidad de una reforma migratoria integral el primer lugar, revigorizar el tratado de libre comercio(TLC),ir más allá y buscar una integración, al igual que debemos hacerlo con los países centroamericanos. La educación sigue siendo el tema central en un país que quiere desarrollarse integralmente, las soluciones no vienen solo de ponerle más recursos económicos, ni tampoco pueden venir solamente del estado, sino que tienen que venir de la comunidad, por eso, es tan importante tener una sociedad que se involucre y exija resultados, que pague lo justo fiscalmente hablando, para que pueda exigir con toda la fuerza. Aparte de los viejos retos de cobertura, pertinencia y deserción escolar, hoy en día se ha venido observando con preocupación en varios países la falta de motivación de los estudiantes, aquí es donde la labor desde la propia familia es vital, así como el tener programas y maestros capacitados para despertar y conducir el liderazgo de los jóvenes y niños.

Finalmente la política social en un país como México, va encaminada a subsanar lo que el sistema económico no ha podido otorgar, y propiciar en cuanto a desarrollo y bienestar, creo que programas como Oportunidades y el Seguro Popular, son imprescindibles para nuestro país. En una próxima participación seguiré compartiendo con ustedes el análisis y la propuesta, sobre otros desafíos del México del siglo XXI que queremos hoy.